Esto de tener un gato es la locura. Son tan fotografiables que no puedes soltar la cámara porque seguro que la dejas y hace algo gracioso o pone alguna cara irresistible.
Este es mi bicho peludo Pi.
Lo único que quiere durante todo el día es recibir mimos y que le hagas caso. Bueno, y a ratos que le dejes en paz, pero los momentos los elige él.
Es curioso como él solo. No importa que se le caiga el colchón de Beta encima cien veces, él va a seguir intentando treparlo una y otra vez.
Le encanta mirar por la ventana y tomar el sol. Y sobre todo le gusta investigar sitios de la casa en los que no haya estado. Sabéis eso de “la curiosidad mató al gato”, ¿verdad?, pues ahora lo entiendo…
Sobre todo reclama siempre la atención de Beta. Y mira que son brutos uno y otro, pero siempre vuelven. Beta le aplasta con sus patazas, o se tumba encima de él o le lametea todo entero y él encantado.
Bueno, y ese es mi gato.
Y unas cuantas cutres hechas con el móvil. Es que no puedo parar…
(pinchando sobre cada foto la veis un poco más grande)
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