Hace un par de veranos se nos jodieron las vacaciones y se juntó con la gran mudanza/reforma (pintar y la cocina) de casa y necesitaba un respiro o iba a morir. Y, como no, ahí salió a mi rescate my best friend ofreciéndome pasar unos días con ellos en Denia.
Compre un billete de bus, llené la mochila con lo imprescindible y cargué la cámara con el 50mm. Dije adiós a Agus (sentí mucho dejarle ahí) y a desconectar.
No recuerdo cuanto tardé en llegar, pero no tengo en la memoria que se me hiciese largo. Además, no me cuesta demasiado quedarme dormida, así que la mayor parte del viaje la pasé doblada en el asiento.
No, no hice muchas fotos, mi idea era descansar. Además acababa de encontrar el amor en el 50mm y no es un objetivo para paisajes, por lo que sólo hice fotos de detalles.
Lo que no faltó fue un paseo por la playa cuando aún no había casi gente. Es algo imprescindible en mis viajes a la costa. Creo que es el mayor placer que te puede dar el mar. Te pones en modo relax y a caminar por la orilla, dejando que los pies se hundan en la arena cuando se acerca una miniola.
Significó mucho para mí este miniviaje. Poder tomarme unos días de meditación antes de realizar uno de los cambios más importantes de mi vida.
Love you darling!!!
Recordad que pinchando sobre cada foto podéis verla un poco más grande.
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